Todos los días me levando y me pregunto que haré, pero no hay respuesta. La verdad es que no se que hacer y mientras mas lo pienso mas me ahogo en un mar de incertidumbre y soledad. Esa soledad que me acompaña desde los inicios de mi existencia y hace que el día a día se cada vez menos productivo y me confina a la agonía de vivir una vida sin propósito y sin esperanzas. Lo único que me salva de la locura es esta mente tan peculiar con la que nací de poder escapar de la realidad e imaginar un mundo propio donde las cosas no son como deberían ser ni como realmente son, simplemente son. Es así como sobre llevo el día a día y cada vez que regreso a esta realidad no me siento triste ni me decepcionado simplemente la acepto con resinación, ya que mi espíritu muerto esta.