martes, 24 de noviembre de 2009

Soledad inconclusa

La soledad no es un espacio, es tú espacio.
Es un lugar en un tiempo determinado en el que
te sientes tú mismo donde no hay mascaras,
no hay personas, solo estás tú.
Donde puedes dejar que la fantasía te consuma
en un sueño infinito tan eterno como la gloria,
tan sublime como el propio chocolate,
inclusive puedes tocar el sol sin quemarte,
puedes tocar el agua sin mojarte,
puedes evaporarte y dejar que el viento te lleve
a lugares tan diversos como la vida misma.
Muchos tildan a la soledad como algo negativo,
pero se equivocan!,
estar en soledad es estar más vivo que nunca,
donde la creatividad fluye sin cuestionamientos,
como si una bomba explotara en tu cabeza,
llena de tantos colores y matices
que los ojos no bastan.
Te puedes sentir tan pequeño y a la vez tan grande
que pierdes la noción de lo real y por una vez
realmente sentir lo que es la felicidad de estar vivo.
Porque allí nadie te juzga, rechaza o desprecia
porque tú eres el dueño, de tu propio lugar especial
de soledad, nadie más que tú.
Firma
Roger, el imbécil.

Mi silencio interrumpido

La compañía es detestable siempre y cuando no es bien recibida.
En lo que a mí respecta, prefiero la soledad ante cualquier cosa.
Pero aun así muchas veces no es malo interactuar con otros
siempre y cuando uno lo desee, lo malo es cuando eres forzado
a hacerlo con personas con las cuales realmente uno
no siente agrado. Es realmente incomodo y horrible,
pues a quién rayos le gusta que le hagan hacer algo que no
quiere, es un acto totalmente detestable y despreciable.
Para mí es como si me quemaran en la hoguera, mismo
Juana de Arco, no pararía de contar los segundo y la ansiedad
acabaría con mi cordura, llevándome a un estado de demencia
absoluta en la cual me perdería hasta acabar con aquella
conversación tan absurda e innecesaria. Lo peor de todo
es que esto es algo de todos los días, quizá es hora de cerrar mis
oídos a palabras necias y continuar en mi capullo de soledad
hasta que me arte.

Firma,
Roger, el imbécil.

Soledad

La soledad es tan hermosa,
es un espacio donde puedo pensar,
soñar e imaginar muchas cosas.
Un minuto en soledad es muy relativo.
Pues puede durar un segundo o mil años
dependiendo mucho del día, la hora y el momento.
Si un día la soledad toma carne y se convierte en mujer
seria mi mujer perfecta, la musa de mis sueños,
la estela que pinta mi universo.
Por desgracia, no he conocido a ninguna Soledad hasta
ahora, mas que la que me acompaña.
Tan intocable, tan silenciosa y tan perfecta.
Tal vez se debería quedar así.

Firma,

Roger, el imbécil.